donde el agua corre solícita.
Él se divierte con los pastos
que lo acarician,
mientras mordisquea la barranca.
A su paso, no sabe de alambrados,
ni de fronteras que lo detengan.
En su seno bulle marrón
su corazón de arcilla.
Para dar una vuelta por el otro lado de las palabras, y no quedar atrapado... Un blog de poesía y otras letras.