Ahí van las bandadas en continuos latidos. Se despliegan como una red y lo envuelven todo: grandes edificios, árboles, antenas. Los pájaros salpican la ciudad, rompen los gigantes bloques, marean su estrépito. Se posan solitarios -casi imperceptibles- en veredas, alféizares, desoladas terrazas, fugaces cables. Enjaulan la ciudad en invisibles haces de polietileno, envolviéndola. Y en miríadas de encuentros, recomponen la figura desdibujada y arrastran el animal urbano hacia otras latitudes.
Imagen: Paul Klee, "Twittering machine", año 1922.