lunes, 15 de octubre de 2018

Go ahead John

Viajando por ruta 29
entre General Belgrano
y Casalins
un hongo negro de nubes
encapotó el horizonte.
Desde sus entrañas
destellos intermitentes parecían
querer vomitar al mismo diablo
encima nuestro.

Un rayo 
en medio de la pampa húmeda
descargó su torrente eléctrico
iluminando -espeluznante-,
la planicie.

La trompeta de Miles Davis
conveccionaba el frente frío
y la masa de aire caliente
ascendía en volutas sonoras.

El látigo de la guitarra 
de John McLaughlin
se convirtió en una señal sonora
que se alejaba con las ráfagas
de viento y lluvia,
como un holograma sonoro.

Una serpiente de sonido
retorciéndose furiosa,
cargada de electricidad
estática,
reverberaba. 

Una especie de tornado
cruzó delante del auto,
elevando una motosierra 
en funcionamiento por el aire.

Apenas se divisaba el camino,
un cable de alta tensión
suelto hacía chispas
sobre el asfalto,
ruidos de motores
llegaban desde el vórtice.

La tormenta pasó,
la calma volvió al campo mojado, 
estremecido
por el vendaval.

Miles y John
me saludaron sonrientes
desde ambos lados
del camino,
Teo Macero bajó el volumen
en la consola del cielo.




domingo, 5 de agosto de 2018

J.L. Austin (Estudio para un deseo)



1
en este día

que mañana
                  podría ser pasado,
te quiero


2
bajo el autopista,

en este hogar

                     hecho de chapas y cartones,

te quiero.

3
soy un “te quiero”

                 que va de shopping

 y se junta con otros “te quiero”


ellos se quejan

porque el amor es taaan caro.


4
inquilino del tiempo
no hay un “te quiero” que
dure por siempre

5
el “te quiero” vive de

                                 prestado

es un okupa, un extranjero,
                              un habitante fugitivo,
no sabe

de cómodos hospedajes



jueves, 15 de marzo de 2018

El parto de la poesía

“Lucía sin luz”
Gustavo Caso Rosendi
Ediciones El Mono Armado
2016




Con valentía y crudeza Gustavo Caso Rosendi deconstruye, reconstruye, invierte o da vuelta como una media esa institución inmaculada llamada maternidad en clave de dilema temporal: “Había algo en el tiempo que estaba mal./Como un reloj destripado por un loco,/que hacía tac-tic”.
El trabajo poético que realiza GCR en el libro “Lucía sin luz” indaga los tiempos lógicos de la relación materno-filial desde el final hacia el principio. En un duelo poético que le pone palabras a la desaparición física de una madre durante su paulatino ocaso.
La palabra adquiere todo el peso de su materialidad: el parto fonético que nos trae al mundo nos hace pensar ¿no es la palabra el verdadero cordón umbilical con que nutre una madre?: “¿Parir es partir?¿Y partir, entonces, es un cuervo que llega de París?”. Parir, partir, París, significantes que se encadenan a un mismo campo semántico en la poesía de “Lucía sin luz”.
GCR reconstruye el mito individual del origen (“Estoy regresando al momento/ donde te acariciabas la panza”). Momento inaccesible por definición, sino por medio de la poiesis, la que ordena el caos primigenio (“¿Qué estoy haciendo aquí?/¿Quién ha osado despertarme?/Mi territorio ha ido a parar a la basura”).
“Salgo de nadie”, dice GCR, como si se preguntara ¿Quién pare a quién? ¿Cuándo damos luz a nuestra madre?
En “Lucía sin luz” aparece el nombrar materno que nos toca con sus enigmas y acertijos de fuego (“algo/ salió de vos y le pusiste mi nombre como si fuera/ un muñeco de tu infancia”).
Habría que decir que estamos preñados de una madre, de sus palabras, las que acarician y las que duelen, cuando leemos “Me he inventado una escafandra/ que hace juego con tu furia”.
 En la evocación de la agonía cognitiva de una madre que no reconoce a su hijo (“Si, sabe mi nombre y lo repite como si invocara a Cristo./Pero cuando acudo a su llamado no soy ese/que se presenta al pie de la cama”) asoma la poesía como pregunta: ¿Cuándo nombramos a quien nos nombra?
Con la urgencia de un parto la poesía de GCR da a luz a una madre como el expone sin ambages y con conmovedora belleza: “estoy tejiéndote unos escarpines/con la inverosímil lana del crepúsculo./Estoy preñado de vos mamá. Estoy engendrándote”.






sábado, 24 de febrero de 2018

Torpezas

Como un vendedor ambulante
trae hasta mí
su oferta sigilosa,
el diablo

con sus espinas de espanto
y goce
escondidas en los pliegues
del día,

inyectando 
su savia incesante.

Cansado de sus golpes
en la puerta,
al fin, decidí
acomodarlo
en la estantería
de mis torpezas.



martes, 20 de febrero de 2018

Pedir permiso

¿Por qué pedir permiso ?

si el viento no lo hace
cuando abre salvajemente
una ventana

¿por qué pedir permiso?

tampoco lo hace la belleza
de una mujer al cruzar
la calle

¿por qué pedir permiso?

como si desafiara a un padre severo
y cruel

¿por  qué pedir permiso?

aunque me pese la soledad
y su vientre de espantos,
sus  mares traicioneros,
sus sirenas ocultas